El tipo 997: ofensiva tecnológica, nuevo diseño y una gran variedad en el 911

A partir de 2004, el Porsche 911 se hizo más versátil que nunca antes: estaba disponible como Coupé y Targa, descapotable y Speedster, con tracción trasera y total, con carrocería más ligera y amplia, turbomotores y motores atmosféricos refrigerados por agua, como GTS, en las versiones deportivas GT2, GT2 RS, GT3 y en dos modelos GT3 RS. Con los modelos especiales, la oferta abarcaba 24 variantes que se redondeaban con numerosas posibilidades de personalización.

Con el diseño del 997, Porsche hizo más agresivo el carácter del 911 y se confirió una presencia aún más dinámica y potente. El Carrera, con su parte trasera más moldeada, ya parecía netamente más masculino; en los modelos S, GT y Turbo se añadieron 44 milímetros en anchura. El 997 se distinguía de su predecesor por los faros redondos de cristal transparente con una posición más empinada que recogieron un rasgo importante de los 911 refrigerados por aire. Tras la revisión del modelo en julio de 2008, la parte frontal estaba caracterizada por los faros bi-xenón y las luces diurnas con LED.

También a nivel técnico, el Porsche 911 de la generación 997 se lanzó a conquistar nuevos récords. El motor de seis cilindros de 3,6 litros del Carrera tuvo primero una potencia de 325 CV. Para los modelos S, el diámetro del cilindro fue incrementado en tres milímetros. Con la cilindrada de 3,8 litros obtenida de esta manera, se convirtió en el mayor motor bóxer utilizado hasta la fecha en un 911 de serie.

En el marco de la actualización del modelo en 2008, Porsche revisó a fondo la gama de motores y apostó por primera vez por la inyección directa de gasolina. El consumo y las emisiones se redujeron de manera significativa; en cambio, la potencia aumentó considerablemente: 345 CV en el motor de 3,6 litros, 385 CV en el motor de 3,8 litros y seis cilindros. En el nuevo 911 Carrera GTS, que cerró el intervalo entre los modelos S y el GT3, se alcanzaron incluso 408 CV.

También el 911 Turbo se benefició de la ofensiva tecnológica: su motor de 3,6 litros fue el primer motor de gasolina equipado con una geometría de turbina variable. El cambio posterior a una cilindrada de 3,8 litros y un sistema de inyección directa posibilitó el salto de los 480 CV iniciales a 500 CV. En el 911 Turbo S se disponía incluso de 530 CV que se combinaron, por primera vez en un modelo de serie, con una caja de cambios de doble embrague de siete velocidades. Solo el 911 GT2 RS fue aún más potente y rápido: su motor alcanzó una potencia de 620 CV, suficiente para un tiempo por vuelta de 7:18 minutos en la sección Norte del circuito de Nürburgring.

La espiral de potencia siguió girando, también para los modelos GT3: de 415 CV a 435 CV. El RS 3.8 proporcionó incluso 450 CV. Pero la culminación fue el GT3 RS 4.0, con una producción limitada de 600 unidades: con sus 500 CV brilló con luz propia.

A la vez, la generación 997 destacó por unos modelos especiales impresionantes, por ejemplo el 911 Sport Classic. La totalidad de los 250 ejemplares construidos encontraron un comprador en tan solo 48 horas. Del 911 Speedster, también con una potencia de 408 CV, Porsche ofreció 356 ejemplares. Otra especialidad fue el 911 Turbo S Edition 918 Spyder: acortó para los futuros propietarios de un nuevo 918 Spyder el tiempo de espera hasta la recepción de su superdeportivo híbrido. Solo estos 918 afortunados pudieron pedir el modelo especial. Entre 2004 y 2012, Porsche produjo un total de 213 004 deportivos del tipo 997.

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El tipo 996: el primer 911 con motor bóxer refrigerado por agua