El 911 original: la obra maestra de Zuffenhausen
La ampliación de la gama de modelos 911 fue ganando impulso. En 1965, Porsche respondió a una discusión en EE. UU. que tachó los descapotables como peligrosos a su típica manera pragmática: en el marco de la feria IAA, la empresa presentó al 911 Targa como el primero «descapotable de seguridad» del mundo, equipado con una jaula antivuelco de unos 20 centímetros de ancho, una pieza de techo extraíble y una mini-capota de tela posterior. Esta se denominó como soft-window. Poco después le siguió una luna trasera panorámica de cristal calefactable. El nombre de la variante abierta, «Targa», se deriva de la carrera de resistencia Targa Florio en Sicilia que la marca ya había ganado cuatro veces.
En 1966, junto con el 911 S con una potencia de 160 CV, un nuevo diseño icónico pudo celebrar su estreno mundial: la llanta Fuchs. La llanta probablemente más famosa de la historia del automóvil se adentró en un terreno tecnológico desconocido: está forjada de una sola pieza y es mucho más ligera.
En otoño de 1967 estuvieron preparadas unas nuevas variantes de modelo: el 911 T de 110 CV completó el programa por debajo del modelo de punta 911 S y del 911 E; el suplemento «E» hace referencia a la inyección de gasolina. Un asunto limpio: Porsche es el primer fabricante de automóviles alemán en cumplir con estas tres variantes las estrictas normativas de emisiones estadounidenses.
La mejora continua del Porsche de 2+2 plazas alcanzó a mediados de 1968 un nuevo hito: a partir del año 1969, la distancia entre ejes de la primera generación de 911 aumentó en 57 mm para llegar a los 2268 milímetros. Esta medida sirvió principalmente para estabilizar el comportamiento de marcha del deportivo con motor trasero. En 1969 terminó la era de los 2,0 litros: el diámetro aumentado en cuatro milímetros aumentó la cilindrada a 2195 cm3. En 1972, la cilindrada aumentó incluso a 2,4 litros; en cambio, el deportivo pasó a aceptar también gasolina normal. La nueva gama de potencias: desde 130 hasta 190 CV en el 911 S.
Con su alerón trasero «cola de pato», el 911 Carrera RS 2.7 se convirtió en una leyenda por derecho propio. De la puerta de la fábrica en Zuffenhausen salieron 1525 ejemplares de este ligero deportivo con un peso de 1000 kilogramos, una potencia de 210 CV y una velocidad máxima de más de 245 km/h. Representó la coronación de la primera generación del 911. Entre 1963 y 1973, se produjeron un total de 111 995 ejemplares del 911 original.