El tipo 964: el 911 que consiguió el nuevo inicio
La tercera generación del deportivo, llamado internamente 964, combinó la silueta tradicional del clásico con la tecnología más moderna. También representó una apuesta por el futuro de la empresa que estaba atravesando una fase difícil desde el punto de vista económico. La tercera generación ganó esta apuesta.
La primera variante demostró los grandes avances del nuevo vehículo: así, el Carrera 4 incorporó por primera vez la tracción total a la producción en serie. Porsche la había diseñado para el deportivo 959, de gran potencia. Con su transmisión de fuerza con control electrónico y regulación hidráulica estaba muy adelantado a su tiempo. El sistema de tracción total recurría a los sensores del sistema antibloqueo (ABS) que, en la actualidad y al igual que la servodirección, no solo estaba disponible como opción, sino que formó parte del equipamiento de serie.
En 1989 le siguió el 911 Carrera 2 con propulsión trasera. Además del coupé, aparecieron el descapotable y el Targa. También en su caso, la familiar y práctica carrocería modificada con amortiguadores integrados del 964 constó en un 85 % de piezas de nueva construcción.
El seis cilindros con refrigeración por aire alcanzó, con sus 3,6 litros, un nuevo hito a nivel de la cilindrada y consiguió una potencia de 250 CV en los modelos Carrera 2/4. Una novedad técnica en el motor bóxer fue el doble encendido que Porsche había desarrollado originalmente para motores de avión debido a su mayor seguridad operativa. Al mismo tiempo, la fuerza ascensional aerodinámica en el eje trasero se consiguió anular prácticamente por completo gracias al nuevo alerón trasero extensible. Además, hubo otra novedad: la caja de cambios adaptativa Tiptronic. Este permitió unos procesos de cambio de marcha perfectos sin interrupción de la fuerza de tracción.
Una de las variantes más llamativas de la generación 964 fue el llamado «911 de aniversario»: del modelo especial limitado «30 años 911» solo se comercializaron 911 ejemplares el año 1993. Este modelo especial se agotó con gran rapidez. Reunía unos guardabarros ampliamente extendidos en la parte delantera y trasera, la propulsión del Carrera 4, la carrocería del coupé y el chasis de 17 pulgadas del 911 Turbo, aunque renunciando al alerón trasero de este último. Porsche combinó el exclusivo color exterior Violeta metalizado con un equipamiento de cuero integral de serie en Rubicon gris.
Otra exclusiva: el 911 Speedster se presentó en 1993 con un parabrisas acortado, una construcción de techo adaptada y una cubierta detrás de los asientos delanteros que muestra las dos características protuberancias. Sobre la base del Carrera 2 Cabrio se construyeron 930 automóviles; a ellos se añadieron unos 15 ejemplares con la carrocería ancha de estética turbo.
En el modelo de punta del 911, el tipo 964, se situaban las versiones con turboalimentación. En un primer momento, el 911 Turbo fue equipado con el motor de 3,3 litros y 320 CV del modelo anterior. En el 911 Turbo S alcanzó incluso 381 CV. A principios de 1993 se pasó al nuevo motor de 3,6 litros, disponiendo así de una potencia de 360 CV. A partir de octubre de 1993 se anunció el modelo sucesor, y el icónico deportivo dio el siguiente paso. En total, Porsche produjo entre 1988 y 1994 63 762 ejemplares del tipo 964.